domingo, 9 de febrero de 2014

Hasta aquí hemos llegado.

Queridos niños y niñas:
Aprovecho la presente para despedirme de ustedes de una vez por todas. Llevo mordiéndome la lengua (la lengua escrita, se entiende) un par de semanas porque me había propuesto por disciplina personal completar el primer módulo del curso. Pero hoy, que "he combatido mi combate y he corrido mi carrera", he de decir que no he conseguido la fe, no la suficiente. Y sin fe, ¿a qué seguir?
No culpo a nadie de mi muerte en este curso, salvo a mí misma. Empecé, probablemente engañándome, pensando que me sería útil, que me resultaría "rentable" quemarme un poco más los ojos, aparcar un poco más mis lecturas o mis aficiones, que podía exprimir un poco más mi cerebro y ganar calidad como profesora. Pero no ha sido así. No son los derroteros por donde quiero ir, en el balance no me salen las cuentas.
En estas tres semanas he abierto nosecuántos perfiles en tropecientos sitios distintos en los que nunca quise estar y a los que probablemente no voy a volver en un tiempecito. Ya digo, no pretendo que este curso debiera ser otra cosa, digo que no es esta cosa lo que quiero para mí, por ahora.
Cuando analicé mi Entorno Personal de Aprendizaje fue cuando más me mentí, mi PLE es de carne y hueso y está delante de mí cada mañana, sentado (cuando hay suerte) en una mesa verde. No es verdad que use las redes para aprender, los uso a ellos; internet es una de mis herramientas habituales, pero la fuente (el manantial) son siempre ellos. Ellos y esos otros compañeros de remo con quienes construyo cada día, y con quienes lo hago siempre cara a cara, boca a boca, sin etiquetas ni "hagstags".
Sí quisiera dejar aquí una queja, las dificultades prácticas (técnicas) para acceder a las páginas, para que me obedecieran los comandos, para que se cargaran correctamente y en tiempo real (no eterno), etc., etc. han corroído hasta la extenuación mi agotada (veintiuna lectivas y algunos añadidos) paciencia. ¡Misericordia, por caridad! Quizá si no hubiera tenido que pelear tanto la actitud hubiera sido un poco más animosa.
Sé que no se puede culpar a los organizadores del curso de esta ineficacia pero alguien será el responsable y debería darse por enterado, por el bien de los que se quedan.
Pido disculpas a todos los que han perdido su tiempo evaluándome, lástima que les haya tocado una discípula tan rebotona. Os lo agradezco de todas maneras, la próxima vez será con alguien mejor, espero. También pido disculpas a los que yo he evaluado, lo he hecho lo mejor que sabía pero deberían haber tenido jueces mejor preparados y más "en la onda". Diré en mi defensa que no suelo hacer juicios de valor sin reflexionar antes un buen rato pero esta vez no siempre ha sido así (entre mis muchas ocupaciones y trabajos, las muchas tareas encadenadas que el curso solicita y las interminables demoras técnicas, he llegado a las valoraciones bastante agotada y algo "cabreada", a qué negarlo).
En fin, amiguitos y amiguitas, como dice el romance "esta será la postrera que me hables y te hablo". Sin rencores y hasta la vista.