Ya sé que se trata de incentivar el consumo y darle aire a la economía, pero estoy hasta los... "polvorones" de Navidades de cenorras, i-regalos de toda clase y pajes de nosequién ligeritas (siempre ellas) de ropa. ¿Y eso es felicidad?
Nada fue así y nada, si es de verdad, tiene por qué ser así. Reclamo en nombre de la Cristiandad el sencillo privilegio de una Navidad con significado, con autenticidad y sin propagandas, con todas las personas que puedas (cuanto más queridas mejor pero se admiten con gozo las necesitadas de afecto), con las menos cosas posibles (un pesebre, un lecho de paja, algo de calor) y con un sólo e incontestable anuncio:
"Hoy os ha nacido un Salvador".
Los que lo creyeron, los que lo creemos, estamos dispuestos a compartirlo, os lo ofrecemos así, simplemente. Feliz Navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario