Hay palabras que suenan a gloria, que saben a miel, que huelen a lavanda. Hay palabras que retumban como tormentas, brillan como relámpagos, o calan como la lluvia. Melancolía oscurece el alma, nostalgia duele en la lejanía, brisa acaricia la piel, sonrisa y luz iluminan. He intentado encontrar mi palabra preferida y he descubierto que según mi estado de ánimo revoloteo sobre parsimonia (cuando ando escasa de tiempo), calidez (cuando hay frío por dentro), ensoñación (cuando la realidad aprieta), radiante, mariposa, pálpito, torbellino, ... y soy incapaz de decidirme por alguna porque no quiero renunciar a las demás. Quiero todas, incluso las que no sé lo que significan, incluso las que todavía no he descubierto. Se me ocurren rotundas como sol, apaisadas como paralelogramo, ligeras como frágil, pesadas como sepulcro, silenciosas como serenidad, musicales como cascabel y huecas como gas.
Pero, por hoy, quede como colofón, simplemente, silencio.
2 comentarios:
¡Qué gran escritora hemos ganado con los blogs! Precioso texto, perfecta elección de las palabras para sugerir sensaciones...
Se agradece la entrada; poesía pura.
Una más: gracias.
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