En efecto, a veces el amor de Dios no es una trompeta triunfal sino un viento frío. Es en esas ocasiones cuando más mérito tiene, cuando mejor suena, aun con la voz quebrada,un ¡ALELUYA!.
"El ángel les dijo: No temás, os traigo una buena noticia: hoy en Belén de Judá os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor"
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